14 de julio de 2006

No escribo mucho

Zascandileo por la web aburrido por mi insommio y con ganas de que arranque el día. Estoy escuchando los desastres de la guerra escondiendo la radio para evitar la metralla: demasiadas guerras, demasiado cinismo internacional, demasiada frustración acumulada aunque sean muchos a repartir.
Bajo las bombas de Israel escucho gemidos anónimos: lamentos de judíos atenazados por la angustia de quien sin querer se ve envuelto el la brutalidad del convecino y simpático asesino; miradas sorprendidas por la marcial irrupción del plomo hirviendo en la propia cuna.
¿Como no renegar de esta especie en que estamos presos? Escucho la estupidez sobrevenida y ya rebosante de Rajoy con regates siniestros por donde sale la baba vil de la hiena escondida, hiena afortunadamente ya destituída.
Cualquier inocente esconde el germen cainita que un día despierta.
¿Cuanto cuesta escapar a la fatalidad?
¿Es justo seguir vi-viendo cuando la vista se inunda de sangre?
Creo que hoy no va a ser un buen día.

1 de febrero de 2006

No dejarse llevar por la corriente


Amo la vida con la pasión de quien no espera mucho de ella. Si como dicen, es verdad que la pasión se sustenta en el deseo y el deseo en la esperanza y la espera, algo no acaba de cuadrar. No me importa. Puede que que el convencimiento de que nada puede verse desde el otro lado me anime a permanecer aquí. Pero quedándome arriesgo ser arrastrado por la vorágine hasta un ángulo sin visión. Muero sin morir en mi para poder seguir viviendo. Ya no temo ser un voyeur. Sigo viendo apasionadamente, porque la pasión no mata la vista, aunque ciegue el entendimiento.