18 de enero de 2009

La felonía

Le había jurado en privado fidelidad sin límites, por lo que supo en seguida que debía aprestarse para una deslealtad próxima.
Sabía que la traición solo puede ser respondida con la venganza o con el desistimiento: la primera requiere preparación y tiempo, lo segundo precisa determinación y cierta lucidez. Ni de lo uno ni de lo otro andaba sobrado por lo que no tuvo más remedio que hacer un esfuerzo por discriminar lo probable de lo solo posible, el dolor de la herida.
Episodios que fatalmente acechan en nuestro camino eran sobradamente conocidos por ya experimentados antes; así que se encasquetó el chambergo y se alejó cabizbajo por el bulevar de los Castaños.